Un día, no recuerdo en que año, al acabar la media maratón de Tobarra, medio muerto, como casi siempre, estaba sentado en la acera, recuperando, y se acercó a preguntarme si estaba bien. Le dije "ésto no puede ser bueno para las piernas" a lo cual me contestó "igual no, pero es un seguro de vida para el corazón". Desafortunadamente las piernas no las tengo bien, pero creo, que el corazón, si, y seguro que en gran parte por aquello que me dijo.
Gracias Samuel. Nunca nos olvidaremos ni de ti, ni de lo que nos has enseñado.